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Estimulación cerebral profunda para la enfermedad de Alzheimer

42 personas participaron en un ensayo clínico para probar la seguridad de la estimulación cerebral profunda para la enfermedad de Alzheimer. Anteriormente se había probado en 6 enfermos.

La estimulación cerebral profunda (ECP) es un procedimiento muy conocido en el campo de los tratamientos para la enfermedad de Parkinson. Consiste en insertar, mediante cirugía, unos electrodos en el cerebro; un pequeño cable conecta estos electrodos a un dispositivo denominado neuroestimulador que funciona como un generador eléctrico. El objetivo es que los electrodos modulen la señales eléctricas en el área del cerebro en que se hayan implantado. En el caso de la enfermedad de Parkinson, esas áreas son las que controlan el movimiento.

La ECP es un procedimiento que lleva algunos años aplicándose a personas con párkinson que no responden bien a la medicación. Pero no es esta la única enfermedad neurodegenerativa que puede verse beneficiada de la ECP.

Un grupo de científicos norteamericanos recientemente anunció los resultados iniciales del ensayo clínico más extenso que se ha realizado hasta el momento con ECP en personas con enfermedad de Alzheimer. El estudio incluyó a 42 enfermos en fase leve de la enfermedad. Este no es el primer ensayo clínico que se realiza con este procedimiento. Ya en el año 2013 lo aplicaron en seis personas con resultados favorables.

El ensayo clínico se realizó en seis hospitales de EE.UU y un centro canadiense entre los años 2012 y 2014. En ese tiempo, a 42 personas con enfermedad de Alzheimer en fase leve con una media de edad de 68,2 años les fue implantado electrodos en un área del cerebro implicada en el proceso de memoria

Aunque los resultados iniciales son prometedores, no estamos hablando de un procedimiento que pueda ser considerado la respuesta al desafío del alzhéimer. Aún en el párkinson, en el que tan buenos resultados da, no es la primera opción de tratamiento, sino que se hace en las personas para las cuales ya no hay otras alternativas. Las razones principales son evidentes: estamos hablando de una cirugía cerebral donde un porcentaje de riesgo importante siempre hay, y más aún en personas con la edad que generalmente tienen los enfermos de alzhéimer.

Por otra parte, de llegar a aprobarse la estimulación cerebral profunda para la enfermedad de Alzheimer sería una opción más.Y no está el campo alzhéimer precisamente sobrado de opciones.

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