La Neuroendoscoa es un procedimiento de mínima invasión, que consiste en introducir un endoscopio fino que nos permite realizar diversos tipos de cirugía para resolver problemas de hidrocefalia, tumores, aneurismas y compresiones nerviosas a través de una pequeña herida de 1.5 a 6 cms de diámetro.
La neuroendoscopía permite el acceso a regiones difíciles y profundas de la estructura cerebral, a través del sistema ventricular utilizando un neuroendoscopio flexible o rígido. Su campo de manejo es en los tumores quísticos y sólidos intraventriculares.
Este tipo de cirugía conlleva un post-operatorio más confortable, menos doloroso y con un menor riesgo de complicaciones, permitiendo una más pronta recuperación del paciente y reduciendo los días de estancia hospitalaria, ya que la técnica quirúrgica es menos agresiva que la cirugía abierta convencional.
La cirugía con técnicas endoscópicas se aplica ya de forma regular para el tratamiento de lesiones de base del cráneo, hidrocefalia compleja y malformaciones craneales (craneosinostosis). El acceso en este caso es a través de pequeñas incisiones, lo que conlleva un menor riesgo quirúrgico, una importante reducción de días de hospitalización y una menor pérdida de sangre, en comparación con la cirugía abierta.
Actualmente la neuroendoscopia constituye una herramienta de uso diario y puede utilizarse como método primario de abordaje de lesiones, o bien como complemento de cirugías abiertas o guiadas con estereotaxia.