Este nervio del trigémino forma un nudo de nervios (ganglio de Gasser) en la cavidad craneal que se divide en tres porciones y sale por la parte inferior de la base craneal y algo detrás de la cavidad orbitaria. La primera rama transmite las sensaciones de la frente, ojo y seno frontal al cerebro, la segunda las de la mejilla y maxilar superior incluyendo los dientes y la tercera las sensaciones de la región maxilar inferior.
El ganglio de Gasser: se trata de intervenciones percutáneas (es decir, realizadas a través de la piel no dañada) en el ganglio nervioso denominado ganglio de Gasser formado en el trigémino o junto a él. Se realizan con anestesia local y son adecuadas cuando no pueda aplicarse anestesia total. El cirujano introduce una aguja a través de la mejilla hasta el ganglio de Gasser. Aquí destruye las fibras nerviosas responsables de la transmisión del dolor:
térmicamente (por radiofrecuencia, es la termocoagulación),
químicamente (con glicerol, llamada técnica de HÃ¥kanson) o
mecánicamente (con un catéter de balón, la llamada técnica de Mullan).
Síntomas
La mayoría de los pacientes por la neuralgia del trigémino no padecen molestias entre los ataques de dolor. Pero puesto que los mínimos movimientos o roces, e incluso una corriente de aire, pueden desencadenar los ataques, la neuralgia del trigémino perjudica considerablemente a quien la padece. En caso de ataques que duran todo el día sin un tratamiento adecuado esto puede provocar que los afectados pierdan peso y líquidos, ya que por miedo a nuevos ataques de dolor no quieren comer o beber e incluso dejan de tomar medicamentos importantes.
En la actualidad se considera uno de los dolores más difíciles de abordar, ya que es imposible proporcionar alivio de forma definitiva. El tratamiento farmacológico con anticonvulsivantes y combinaciones controlan la neuralgia en 70 por ciento de los pacientes. La mayor parte de la terapia farmacológica no es del todo efectiva a largo plazo en el alivio del dolor, y sólo proporciona alivio transitorio.