Aneurismas y Malformaciones CerebralesUn aneurisma es una dilatación de una arteria, producida habitualmente por un defecto en la pared de la misma, que hace que el choque mantenido del flujo sanguíneo en ese punto vaya deformándolo y produciendo una dilatación, habitualmente de forma sacular, cuyo principal riesgo es la rotura, dando lugar a una hemorragia cerebral (subaracnoidea y a veces también intraparenquimatosa o subdural).

Los aneurismas que no se han roto nunca corren el riesgo de romperse y producir una grave hemorragia en el cerebro. Sin embargo no todos tienen el mismo riesgo de romperse. En la actualidad sabemos que los pacientes con otros factores de riesgo como la hipertensión, el tabaco, el alcohol, el sexo femenino, el tratamiento con antiagregantes o anticoagulantes, pacientes que han tenido ya algun sangrado de otro aneurisma, con antecedentes familiares de hemorragia aneurismática, el tamaño del aneurisma, la localización dentro del cerebro, la morfología del mismo, y otros factores, son predisponentes a padecer una hemorragia.

El tratamiento de un aneurisma puede realizarse a través de un cateterismo (embolización), introduciendo en el mismo sustancias o coils que produzcan su trombosis, o colocando derivadores del flujo que van a producir el mismo resultado (stents).

El objetivo de la operación es evitar que el aneurisma se rompa y produzca una hemorragia cerebral o subaracnoidea, evitando además que pueda crecer, comprimir o producir falta de riego sanguíneo por robo o embolismo.

En caso de que ya se haya roto se pretende evitar que se vuelva a romper y se repita la hemorragia (resangrado). También permite evitar y tratar más adecuadamente otras complicaciones que pueden presentarse tras la hemorragia (vasoespasmo, hidrocefalia) o mejorar síntomas secundarios a la compresión o irritación de estructuras nerviosas. Si hay un hematoma intracraneal asociado puede evacuarse en la misma intervención.

Otra opción es la cirugía, en la que a través de una craneotomía, y mediante técnica microquirúrgica se colocan unas pequeñas pinzas (clips) que lo cierran, conservando intacta el resto de la circulación cerebral normal.

A veces puede requerirse la combinación de ambas técnicas, o la realización de una cirugía de by-pass si es necesario cerrar la arteria en la que se encuentra el aneurisma. Esto sucede pocas veces y se trata de aneurismas muy complejos, de gran tamaño o aneurismas no saculares.

MALFORMACIONES VASCULARES CEREBRALES

Una malformación vascular cerebral que va a ser tratada en su caso es una malformación arteriovenosa (MAV). Una MAV es una conexión anormal entre las arterias y las venas en el cerebro que por lo general se forma antes de nacer.

Se desconoce la causa de la malformación arteriovenosa cerebral. La afección ocurre cuando las arterias en el cerebro se conectan directamente con las venas cercanas, sin tener los vasos normales (capilares) entre ellas.

Una ruptura de una malformación arteriovenosa ocurre debido a la presión y daño al tejido del vaso sanguíneo. Esto permite que la sangre se escape hacia el cerebro o los tejidos circundantes y reduce la circulación al cerebro.

Las malformaciones arteriovenosas ocurren en menos del 1% de las personas y, aunque la afección está presente al nacer, los síntomas pueden presentarse a cualquier edad.

Las hemorragias ocurren con más frecuencia en personas de 15 a 20 años, pero también se pueden dar posteriormente en la vida. Algunos pacientes con una MAV también tienen aneurismas cerebrales.

La intervención de una malforación arteriovenosa dependerá de varios factores. Uno de los más importantes es la forma de presentación. Si una MAV se rompe y produce un derrame cerebral, con mayor probabilidad volverá a sangrar por lo que en la mayoría de casos se decide intervenir quirúrgicamente. Otros factores es la edad del paciente, el tamaño de la malformación y la localización, básicamente si está cerca de una área muy funcionante del cerebro o si se encuentra en profundidad.

La intervención quirúrgica consiste en extirpar la malformación vascular a través de una craneotomía (ventana que se realiza en el cráneo), disecar el “ovillo” de vasos del cerebro normal hasta conseguir su extirpación completa. La operación debe realizarse sin lesionar directa o indirectamente áreas vecinas del cerebro que son funcionantes.